Dentro de la historia de Bolivia en los albores de la
Revolución Nacional de 1952, se encuentra nominado, con una gran sombra encima,
el apellido Aramayo como uno de los tres hombres que formaban la rosca minero
feudal, junto a Patiño y Hochschild. Asimismo, este grupo gamonal formaba el
grupo de los barones del estaño que después del 9 de abril sufrieron una fuerte
arremetida enmarcada en la revolución en curso donde se impulsó el sentimiento
nacionalista que pretendía fortalecer al Estado en todos los ámbitos, y entre
ellos el económico mediante la nacionalización de las minas, y otras medidas. Así,
ha quedado este antecedente como uno de los momentos más importantes para el
país donde se realiza grandes cambios al orden social lo cual se expresó en un
cuestionamiento al mismo Estado. Sin embargo, poniendo la atención en el
apellido Aramayo, esta es solo una parte de esta historia con mucha carga
política que se desprende de una contextualización y explicación más amplia que
nos remonta hasta un par de décadas antes de la independencia de Bolivia.
El Libro “Los Aramayo de Chichas” (1981) de Alfonso Crespo, sin duda es uno
de las obras más interesantes dentro de las que se refieren a los Chichas, la
cual ocupa un lugar privilegiado en la biblioteca personal. Dentro de este
libro logramos ampliar de forma muy satisfactoria varios aspectos referidos a
esta historia de vida que sin embargo debe desagregarse en tres etapas, las
referidas a esta triada generacional de Aramayo que parten en 1809. En primer
lugar, se ubica a José Avelino [Ortiz de] Aramayo (1809-1882), después Félix
Avelino Aramayo (1846-1929) y por último Carlos Víctor Aramayo (1889-1982)
quienes formarían una familia de empresarios mineros, sin que todos hayan
tenido un éxito completo como el que alcanzó, recién, el de la tercera
generación. A partir de esta estructura general y orden del libro, Crespo nos
invita a recorrer la vida de estos tres personajes pero lo que realmente
resulta llamativo es la gran capacidad del autor para enlazar el devenir
biográfico de los Aramayo en estrecha relación con el acontecer de la historia
boliviana y sus avatares hacia el establecimiento de la nueva república, donde
se destaca la participación que tuvieron, cada quien en su momento, en épicas
como la Guerra del Pacífico, Guerra del Chaco y otras contiendas
internacionales.
En
referencia del contenido del libro, además, es importante el relacionamiento
que se hace en una misma, y a la vez diferenciada, línea cronológica entre las
tres generaciones partiéndose de las condiciones en las que se encontraba esta
parte territorial poco antes de la independencia y de cómo surge un emprendedor
desde muy abajo en la búsqueda de lograr sus metas trazadas. Así, el punto de
partida de toda esta aventura se ubica en Moraya (Provincia Sud Chichas-Potosí)
desde donde comienza a surgir José Avelino Aramayo para llegar muy lejos, hasta
tierras europeas y con objetivos disímiles y variados. Una vez avanzados en el
tiempo, comienzan a manifestarse un colofón de nombres que hasta la actualidad
son representativos de la política y la economía de esa época, donde tenemos a Andrés
de Santa Cruz, Tomás Frías, José María Linares; para continuar, aunque en otras
épocas, con Gregorio Pacheco, Aniceto Arce, Mariano Baptista, Ismael Montes,
Bautista Saavedra, Hernando Siles, Daniel Salamanca, Franz Tamayo, entre muchos
otros. Fueron estos personajes los aliados y rivales, que en cada momento
tuvieron papeles e influencias variadas contrastando, como protagonistas o
antagonistas, a los miembros de las tres generaciones Aramayo. Con todo este
amplio paragua variado en perspectivas, los miembros de la familia Aramayo de Chichas,
ocuparon espacios importantes, tanto a nivel político y económico como ser
diputaciones, ministerios o representaciones ante otros países. Sin embargo,
también están otros hechos singulares como el sucedido en 1909 cuando Félix Avelino
inauguró el monumento de su padre en la plaza principal de Tupiza, del cual
existe una fotografía en este libro; por otra parte Carlos Víctor fue el
fundador del periódico “La Razón” además del Círculo de la Unión, en La Paz,
que hasta nuestros días sigue siendo representativo de la elites actualmente
efímeras. Con seguridad que adentrarnos en la lectura de “Los Aramayo de Chichas” nos llevará a conocer muchos aspectos de
estas tres generaciones llenos de luces y sombras pero como un importante
baluarte de personajes oriundos de los Chichas, con la segura necesidad de una
relectura periódica para discernir todo el contenido procesado por el autor.
Por último, como una merecida consideración reproducimos una frase ubicada
dentro de esta obra donde Carlos Víctor Aramayo reflexiona contra la carga de
prejuicio histórico hacia su apellido y su legado manifestando: “No dejó de sorprenderme que alguna vez, en
artículos de prensa y en libros, ciertos hombres hablaran con alguna simpatía y
respeto de la memoria de mi abuelo paterno, don José Avelino Ortiz de Aramayo,
mientras vertían todo su veneno contra mi padre y contra mí mismo. […] Mi
abuelo, a pesar de haber trabajado toda su vida con empeño e inteligencia, […]
no alcanzó personalmente la satisfacción de conocer el triunfo, y cuando murió
dejó más deudas que fortuna a sus hijos”.
* Este es el primer artículo correspondiente a “Libros
y lecturas de y en los Chichas”, donde se revisa y revisita diferentes libros y
publicaciones enmarcadas dentro de la temática general de los Chichas.
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