lunes, 2 de marzo de 2015

CANDIDATURAS, SIGLAS Y ELECTORES

Cuando nos enfrentamos a una elección local o municipal, estamos refiriéndonos a un nivel de gobierno muy cercano a la población y que se vincula a la problemática, necesidades y demandas, al igual que potencialidades y fortalezas que requieren de una gestión oportuna y eficiente. Así, es posible que las propuestas de candidatos y candidatas sean similares ya que deberían ser proyectadas a partir de esas urgencias para la población electora. De esta forma, se van construyendo y consolidando candidaturas con nombres que brinden repuestas a esta necesidades colectivas. Con seguridad que las y los candidatos no siempre son conocidos por todos y todas pero esa es una de las cualidades que deberán articularse con el programa de gobierno y la campaña en sí, apoyando en este proceso. En este sentido, es posible que esta articulación de factores sea el principal elemento para elegir y emitir el voto el último domingo de marzo.

La política es dinámica y sigue avanzando conforme pasa el tiempo. Así en épocas diferentes nos encontrarnos con partidos y siglas diferenciadas, o a veces similares en sus propuestas y solo variantes en su color característico. Así, hasta hace poco nos encontrábamos dentro de un sistema de partidos alineados, que colapsaba cada vez más por una devaluación de sus propuestas y que se anquilosaba progresivamente. Lamentablemente, junto a la caída de este sistema de partidos no cayeron las percepciones, por lo que hasta la actualidad vemos emerger candidaturas pertenecientes a los intentos vanos de reactivar partidos como el MNR, esta vez en espacios regionales o municipales como enclaves de resistencia al cambio. Desde el otro lado surgieron nuevas propuestas refrescando y replanteando ese sistema de partidos con siglas que se posicionaron de forma importante hasta tener una hegemonía en, casi, todo el territorio nacional. De forma sugerente, en niveles municipales nos encontramos con el espacio propicio para tener un gran número de siglas ya que además de los partidos se tiene a las agrupaciones ciudadanas que tratan de canalizar esas demandas con una identidad propia del municipio y su población. No obstante, esto no siempre ha tenido buenos resultados por aspectos como la posición de confrontación con otros niveles de gobierno u otros que no permiten tener una gestión eficiente y efectiva para la comuna.


            Otro actor importante y complementario es la ciudadanía, encargada de elegir mediante la emisión del voto. Pero este relacionamiento no debe quedarse simplemente en esta acción de votar sino que es también responsable de fiscalizar y aportar en la gestión pública desde el espacio en el que se encuentre. La democracia boliviana ha tenido importantes avances donde la participación es un factor primordial en la gobernabilidad y éxito de la gestión, pero para ello se necesita un mayor compromiso de esta ciudadanía electora. Los municipios son espacios donde la participación puede ser más efectiva con mecanismos como el control social a partir de organizaciones sociales, civiles u otras que se convierten en órganos vivos de la comunidad. Estamos a menos de un mes de las elecciones subnacionales y este compromiso se incrementa porque la decisión y el voto que se vaya a emitir puede definir factores de desarrollo u olvido, entonces nuevamente se pone en juego el simplismo del voto consigna o más bien realizar un proceso de análisis para concretar el tan ansiado voto informado. Al final de cuentas, el candidato vencedor tendrá la responsabilidad de sacar al municipio hacia adelante y en esos cinco años los nombres individuales y las siglas se diluirán para llevar el nombre de todo un municipio para avanzar o seguir en el letargo y abandono.

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